sábado, 31 de mayo de 2014

El paraguas

El paraguas
Grabado al carborundo

Ahora siempre quiero que llueva. A quién la lluvia le fastidie se preguntará por qué. La razón es muy bonita. Cuando él y yo salimos juntos del trabajo vamos comentando lo que ha sucedido ese día y como estamos solos y no tenemos prisa ni familia que nos espere, a veces entramos en un bar a tomar una copa y nos contamos algo más de nuestra historia, de nuestros gustos, de nuestra vida, descubriendo poco a poco que tenemos mucho en común.
Al terminar la copa él va a buscar su coche y yo voy caminando hacia mi casa, que está cerca. Un día, llovía. Mientras hablábamos abrió su paraguas y delicadamente me cubrió con el . Bajo la suave lluvia y la oscura noche, entre las tenues luces de la ciudad y el sonido del mar, instintivamente le tomé del brazo. Entonces sentí cómo estrechaba mi mano contra su costado y cómo todo cambiaba. Pero seguimos caminando y hablando como si no pasara nada.

Julia Lasagabaster



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