lunes, 7 de abril de 2014

Ida


Cuando el pasado vuelve puede salvarte o matarte. Cuando indagas en el pasado y es tan terrible, tremendo, innombrable, es difícil vivir. Cuando al fin eres consciente del horror vivido y lo desentierras, puede que te hundas y renuncies definitivamente a la vida.

La plasticidad de esta película es asombrosa, la belleza de la fotografía en blanco y negro, las escenas que fluyen lentamente, como una sucesión de cuadros poéticos. Los planos cortados, el sugerente rostro de la protagonista, la música, el silencio.

Pero no nos engañemos, Ida es un drama. Tan tan contenido que no hace saltar ni una lágrima, sólo emociona de esa manera distante, lejana, de lo que sucede allí y no aquí, de lo que ya sucedió o está sucediendo sólo allí.
Cuando encuentras un lugar donde refugiarte del pasado, aunque no sea el lugar ideal, te hace sentir a salvo.

Julia Lasagabaster



Fotografías de la película Ida, de Pawel Pawlikowsky, tomadas de internet







































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