miércoles, 23 de abril de 2014

El pintor espiritual


Mark Rothko se quitó la vida en Nueva York en 1970 y nos dejó sus grandes lienzos llenos de poesía.

Quizás le resultó imposible seguir viviendo sus últimos años con tanta belleza y a la vez con tanta desolación. Sus franjas de colores, peldaños de una escalera hacia el cielo. Pureza e intensidad que sumergen en su universo etéreo y horizontal. Floto sobre las nubes en rosas y naranjas. Me hundo en sus profundos azules y violetas. Me sobrecogen los rojos y granates. Sueño en los verdes. Me elevo. La contemplación estimula mi imaginación. Viajo al mundo místico de los deseos. Qué más me da si se cumplen o no. Los ojos se conforman con ver, sentir y soñar.

Julia Lasagabaster


Obras de Mark Rothko tomadas de internet




































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