Sé que no siempre lo que se promete se puede cumplir. Y nadie puede obligar a nadie a cumplir una promesa. Qué triste, ¿verdad?. ¿Tú crees que puedo ser mala? Seguro que no lo crees, pero lo que voy a decirte es malo porque te va a herir: las promesas incumplidas son como el agua que se guarda en un jarrón hasta que las flores se marchitan.
Promesas incumplidas
Fotografía
Julia Lasagabaster
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