La joven de la perla
Johannes Vermeer
Holanda, ciudad de Delft, hacia 1665
|
Este retrato es de lo más sensual. Sin ser un desnudo, yo diría que es una de las pinturas más eróticas de la historia del arte. Sólo por esa mirada, esos labios húmedos y entreabiertos y el brillo de la perla prometiendo un tesoro. Y el exótico atuendo, que no tiene nada que ver con la forma de vestir de la época, nos habla de algo inusual.
Uno se pregunta de qué color será el pelo debajo del turbante y cómo continúa la piel. Hay una invitación en los ojos, parecen decir: ¿Quieres saberlo?
Juraría que Vermeer lo pintó por puro placer. Y del mismo modo lo miramos, por puro placer.
Vermeer me gusta por su luz, su magia y su misterio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario