Si hubiese conocido de antemano el argumento de esta película
probablemente no hubiera ido a verla. No sabía lo que me esperaba y pensé, qué
duro, vaya, pues si lo llego a saber… Pero ahora no me arrepiento de haberla
visto. Es como vivir. Es vivir. Nunca hay que arrepentirse de reconocer la
verdad, de mirarla a la cara con valentía, de coger al toro por los cuernos,
como se suele decir. Y sin embargo, qué humano es no reconocerla, no aceptarla,
esconderla.
Aunque esto trataba sobre monstruos, ¿no?
Que otro monstruo sino la propia vida, hermosa y terrible.
Que otro monstruo sino el que llevamos dentro, opresivo y al
mismo tiempo liberador.
Que otro monstruo sino la propia fantasía, que tantas veces
utilizamos para evadirnos y que paradojicamente nos enseña tantas cosas,
incluso a encontrar al final el camino, como los sueños, los cuentos, los
mitos, el arte, los mundos inventados de ese ser tan oscuro, tan brillante y
tan complicado como el ser humano.
Julia Lasagabaster
Imágenes tomadas de internet de la película de J. A. Bayona basada en el libro de Patrick Ness.
Los dibujos son encantadores, misteriosos, inquietantes. Y su manera de combinarlos con la historia, uno de los mayores aciertos de la película.
Tu monstruo se acerca
¿Quién eres?
"Soy esta tierra salvaje, y he venido a por ti"
¿Qué quieres?
Dime la verdad
¡No eres real!
¡Destruye!
Que se acabe el dolor
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