Qué fragante silencio
sobre la alfombra amarilla
de otoño
Flotan las ramas
en el aire espeso
bajo la última luz
Viene y se enreda
ese tierno recuerdo
y la raíz aflora
Se seca la tarde
las nubes disueltas
en el nebuloso azul
Pasa la bicicleta
Tan cerca de pronto
Te roza lo inesperado
El agua con su quietud
fluyendo a la vez
Una mirada
El camino pasa
al borde del río
Los pasos quedan
No se cuentan
Los reflejos de luz
se sienten
Escapan fugaces
Escurridizos resbalan
Los peces plateados
El río está brillando
En esta nueva mañana
tengo ganas de cambiar
En el espejo del puente
observo mis pasos
Atravesada la noche
Todas las estaciones
pasan
por el puente de cristal
En este otoño
es tiempo de dejar caer
las hojas muertas
La lluvia
es el agua pura
El sol el fuego dulce
Es tiempo de completarme
Arrojo la amargura
¡Fuera de mí!
Una luz en la noche
solitaria
llama de otoño
La flor es fugaz
El agua se seca
La belleza permanece
Tu nombre
es de bosque
Salvaje y extraño
Roza la piel
Tu espina
una perla roja
La mañana es fría
El otoño avanza
con su paso dorado
La habitación está tibia
Tras el cristal
El frío
Ella espera abierta
Aguarda
Él no viene
Están cayendo
las últimas hojas amarillas
sueños que vuelan
El viento se levanta
Entre las negras ramas
una lluvia dorada
Se acercan esos días
que ya no son cálidos
Los pájaros siguen
Haikus escritos de octubre a diciembre de 2014
Dibujos a pluma, aguada y acuarelaJulia Lasagabaster
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